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Dokkumer Vlaggen Centrale abandera la diversificación

  • Publicado el 17 de Enero de 2017

¿Quién sabía que Dokkumer Vlaggen Centrale (DVC) también fabrica pufs, sillas de playa y rótulos? Son las nuevas aplicaciones que esta empresa de Frisia ofrece gracias a una JV300-160 de Mimaki, la marca de referencia en impresoras por sublimación.


«Somos famosos por fabricar banderas, pero producimos muchas más cosas», dice Johan Schaafsma, jefe de producción de DVC. Junto a una enorme impresora serigráfica y dos máquinas industriales de impresión textil directa, esta empresa de la localidad de Dokkum tiene ahora una Mimaki JV300-160 de gran formato que instaló en 2015. El nuevo equipo les ha abierto las puertas a toda una serie de oportunidades y productos nuevos. «Estamos ampliando nuestra oferta de servicios. Ahora imprimimos pufs, por ejemplo; son un artículo con mucha demanda que estamos notando en la facturación total. También producimos sillas de playa, fundas de almohada, taburetes, faldones de mesa de jardín o fiesta, hasta cortinas.»


«Antes subcontratábamos la producción de estos artículos, pero somos un fabricante, así que preferimos hacer todo lo que podamos nosotros mismos. Y como cada vez producimos más este tipo de artículos promocionales, es lógico que tengamos una impresora de gran formato como esta», apunta Schaafsma. «Además, eso nos permite controlar más la calidad. Ahora podemos conseguir muchos más detalles al unir la confección y la impresión.»


La Mimaki JV300-160 es una impresora de gran formato para profesionales del mercado de los gráficos y los rótulos. Esta máquina, con una anchura de hasta 1,61 cm, puede imprimir tanto directamente sobre tejidos como a través de papel de sublimación. «La gran ventaja de la Mimaki JV300-160 es que se ha diseñado como impresora de sublimación por transferencia», añade Jacco van ’t Riet, director comercial de Texo Trade Services (TTS), distribuidor de Mimaki con sede en Waddinxveen. «En el pasado, muchos fabricantes adaptaban máquinas de gran formato para que pudieran imprimir sobre papel de sublimación, pero la Mimaki está pensada para eso. Y se nota: el papel circula perfectamente de una bobina a otra a través de la impresora.»



DVC utiliza la Mimaki JV300-160 para imprimir por sublimación sobre poliéster. Funciona así: la máquina imprime por el reverso del papel de transferencia. Utiliza tinta de sublimación, de ahí el aspecto opaco del papel cuando sale de la impresora. Sin embargo, al pasar el papel impreso por una calandria, que le aplica presión y calor, la imagen se transfiere al poliéster con resultados fantásticos. En el proceso, la tinta de sublimación se convierte en partículas gaseosas del color cuando la temperatura alcanza los 190 °C, partículas que se adhieren al tejido por la presión. Así, gracias a la calandria, se fija la tinta y se logra un color impactante. «La mayor ventaja es que la impresión no está sobre el tejido, sino incrustada en las fibras del soporte», señala Van ’t Riet.


¿Por qué optó DVC por la Mimaki JV300-160? Schaafsma nos lo cuenta: «Las nuevas aplicaciones y productos suelen requerir usar tejidos que sean muy elásticos. Sin embargo, en la impresión textil directa, no se pueden usar tejidos demasiado elásticos, ya que distorsionan la imagen. El sistema por sublimación es la solución ideal. Y Mimaki es la marca líder en esta tecnología.»


TTS y DVC trabajan juntos desde hace diez años, una colaboración que no ha hecho más que estrecharse desde que la última instaló la Mimaki JV300-160. «Al final, lo más importante es la gestión del color», apunta Schaafsma. «Necesitábamos a un proveedor que hablara nuestro idioma. Como TTS». «Es cierto, conocemos el sector textil. Estamos especializados en toda clase de aplicaciones textiles producidas con papel de transferencia, tanto protector como de sublimación», agrega Van ’t Riet.


Gracias a las aplicaciones nuevas que ofrece DVC, puede atender la mayor demanda de materiales publicitarios hechos de poliéster. Los rótulos de poliéster despiertan mucho interés en el sector minorista. «Lo bueno del poliéster que suministramos a DVC es que reproduce los colores a la perfección, aparte de que repele el agua y es resistente a ella», dice Van ’t Riet. «Lleva un barniz que evita que los líquidos y la suciedad manchen el puf o la almohada, por ejemplo.»


«Otra ventaja respecto a los tableros y al PVC es que el poliéster se puede doblar para aplicaciones publicitarias en cajas de luz o marcos retensables. Eso no solo simplifica el transporte, sino que supone una solución más ecológica.» Según Schaafsma, gracias a la impresora de gran formato por sublimación Mimaki JV300-160, ahora pueden producir a demanda. «Es una máquina que estimula la creatividad. Rótulos para tiendas de moda, asociaciones deportivas, centros culturales, cualquier tipo de cartel... Y además podemos imprimir una unidad o muchas. Por ejemplo, un restaurante quería hacer algo creativo con una de las paredes del local. Le hicimos un gran cartel textil con la carta impresa que cubre la pared, y que cambian cuatro veces al año.»

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