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Laia Sanz, recibida como una heroína a su llegada a Barcelona

  • Publicado el 30 de Enero de 2019

Laia Sanz ya está casa. Después de ampliar su leyenda con un inverosímil undécimo puesto absoluto en la categoría de motos, la de Soficat Xerox ha llegado a España procedente de Lima (Perú), donde concluyó la 41ª edición del Rally Dakar con otro gran éxito para ella.

A sus 33 años, la catalana atesora un palmarés inigualable en el que, además de los 18 títulos mundiales (13 de trial y 5 de enduro), acaba de añadir su noveno Dakar consecutivo que ha terminado nuevamente como mejor piloto femenina. Laia no ha peleado con las chicas, sino con los chicos, y ha sido capaz de superarlos a todos, excepto a los diez primeros clasificados, bien por su regularidad o por su destreza.

Estoy muy contenta. Antes de empezar dudaba de si sería capaz de llegar hasta el final, así que éste ha sido un resultado muy sorprendente para mí. Creo que he hecho una carrera muy inteligente yendo un poco más tranquila de lo normal, con un ritmo seguro para evitar caídas y navegando bien. Al final eso me ha hecho ser muy regular y me ha permitido acabar con un muy buen resultado”, ha comentado desde la terminal de llegadas del aeropuerto.

Laia Sanz, recibida como una heroína a su llegada a Barcelona

Ninguno de los otros 136 participantes que tomaron la salida ha podido vencer a Laia Sanz en fiabilidad, puesto que ha sido la única capaz de cruzar la meta las nueve veces que ha disputado la carrera. “Terminar nueve de nueve es un récord increíble y me gustaría intentar acabar diez seguidos el año que viene. Sería algo muy bonito”, reconoce.

El éxito de la pluricampeona española es mayúsculo, más aún teniendo en cuenta que hasta el último momento estuvo a punto de perderse esta edición. Laia no pudo empezar a preparar la carrera hasta diciembre por las enfermedades que sufrió el último semestre de 2018, especialmente desde agosto, cuando contrajo la fiebre Q. “Seguramente ha sido mi Dakar más especial y he saboreado el resultado más que otros años por el sufrimiento de los últimos meses, que han sido muy difíciles para mí, dudando hasta el final sobre si podría ir o no”.

Al final todo ha salido de fábula para ella y también para su compañero de equipo Toby Price, vencedor de la prueba, al que le cortó el pelo la noche del jueves al viernes como se habían apostado: “Le hice un favor al pobre afeitándole la cabeza porque le hacíamos mucha broma por sus pelos”, ha contado entre risas. “Al final le respeté la parte de atrás de la cabeza para que le salgan las greñas por el casco que es lo que le gusta”.

Después de atender compromisos y medios de comunicación los próximos días, Laia Sanz tomará unas merecidas vacaciones: “La parte bonita del Dakar es la celebración al final de la carrera con el equipo, que ha hecho un trabajo magnífico, y con la familia y amigos cuando llegas a casa. Ahora espero descansar unos días”.

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