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El secreto para ser un gran líder

  • Publicado el 15 de Mayo de 2017
  • José María Vilar-Sancho Raga

¿Cuál es el secreto para ser un gran líder? ¿Cómo puede motivar, inspirar y guiar eficazmente a su equipo? La respuesta puede sorprender a algunas personas. Los trabajadores en las empresas a menudo no se implican en lo que sus superiores quieren que hagan, si no sienten que realmente se preocupan por ellos. Cuando los empleados tienen la seguridad de que la empresa y sus responsables se preocupan por ellos, ellos también se preocupan por la empresa, es entonces cuando realmente escuchan y se comprometen.

Es responsabilidad de los jefes cuidar de los miembros de su equipo y hacerles sentir seguros, y de esta manera ellos querrán cooperar y trabajarán más duro. Lo que piden es sentirse valorados y valiosos, y el resto viene rodado. Cuando se crea un ambiente en el que la gente se siente segura la respuesta humana natural es de confianza y cooperación. Por el contrario, si hay un ambiente de temor en el que se desconfía de las personas con las que se trabaja, la reacción habitual es de cierta paranoia, escepticismo, suspicacia y cada uno mira por sus propios intereses.

Si los empleados envían correos electrónicos para “cubrirse las espaldas” o guardan un registro de cosas positivas que han hecho en el trabajo "por si acaso", son claras señales de que los empleados no se sienten seguros o cuidados por sus líderes. Como resultado, los empleados gastan tiempo y energía valiosos para protegerse en lugar de hacer su trabajo. Cuando las personas se sienten seguras, están más comprometidas y felices en su trabajo.

El primer paso para crear este entorno seguro es saber qué hace que los empleados se sientan tranquilos. La estabilidad laboral parece una medida obvia de seguridad, pero por ejemplo en una startup, tal vez la garantía del puesto de trabajo a largo plazo no es una expectativa del equipo. Las encuestas a nivel de toda la empresa proporcionan una base útil para obtener esta información, pero también es importante reunirse regularmente con Recursos Humanos para conocer otros detalles o circunstancias concretas de los trabajadores.

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Una vez se sabe lo que realmente preocupa al equipo, es el momento de afrontar el reto de demostrarle que para su superior (su líder) y para la empresa, es importante y se preocupan por ello. Esta forma de actuar debe formar parte de las políticas corporativas y decisiones empresariales. Hay que tener en cuenta, que esta conexión entre lo que importa a los trabajadores y los principios que rigen las decisiones, pueden ser algo obvio para el líder o la dirección, pero es posible que no lo sea tanto para los empleados, especialmente cuando las directrices vienen “de arriba abajo”. Una solución de videoconferencia permite a los líderes compartir información cara a cara con toda la empresa, proporcionándoles una plataforma para compartir el proceso de toma de decisiones y dar a los empleados la oportunidad de expresar sus preocupaciones y hacer preguntas.

Una vez que se establece la base, hay medidas para fomentar la empatía y el cuidado de los empleados. Si bien la tecnología y las tendencias en el lugar de trabajo han mejorado la experiencia de los empleados, también nos han distanciado unos de otros. Las políticas de trabajo a distancia, los horarios de trabajo flexibles y el acceso móvil significan que cada vez interactuamos menos con los empleados cara a cara. Las listas de tareas que son más y más largas, convierten a menudo las interacciones en “transacciones”. Con las prisas por enviar un mensaje instantáneo o un correo rápido, a menudo dejamos de lado las sutilezas. Y es demasiado fácil mandar un email breve cuando hay mucha tensión.

De manera natural somos más empáticos cuando podemos vernos. Una solución de videoconferencia puede hacer más sencillo reunirse con los trabajadores cara a cara, ya sea para un encuentro de equipo programado previamente o una video llamada con un solo empleado para tratar un tema concreto. El simple hecho de poder ver a alguien mientras se espera que comience una reunión, por ejemplo, cambia el nivel del discurso. Los participantes pasan de tener conversaciones superficiales sobre el tiempo o (peor) sentarse en silencio, a hablar sobre temas de interés mutuo.

Para dar lo mejor de sí mismos, los empleados necesitan saber que su superior, su líder, se preocupa por ellos. Eso puede suponer invertir unos minutos regularmente para interactuar cara a cara, y a cambio, su equipo le corresponderá con todo su esfuerzo y profesionalidad. Y, con la ayuda de una solución de videoconferencia, hacerlo es tan fácil como presionar un botón.

José María Vilar-Sancho Raga

Sales Manager Polycom Iberia

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